Durante
este año 2020, todos hemos pasado por vivencias emocionales
muy duras e intensas. Una pandemia ha asolado nuestra salud
y nuestras vidas han dado un vuelco.
Podemos
aprovechar las próximas vacaciones de navidad, tal vez las más
extrañas de nuestras vidas, para realizar algunos cambios y
actividades diferentes que nos ayuden a recuperarnos emocionalmente
de tanta ansiedad y estrés.
📌 Por
unos días, cambia tus costumbres.
Para
poder darte un respiro emocional, ¿qué te parece variar tus rutinas
y costumbres?
No hagas todo igual que siempre. Prueba comidas nuevas.
Atrévete a ver series o leer libros diferentes. Escucha música
inusual para ti. Cambia un poco tus horarios. Realiza actividades que nunca habías hecho antes ¿baile? ¿yoga? ¿aprender un nuevo idioma?
📌 Desconecta
del bombardeo informativo
Llevamos
meses recibiendo un bombardeo continuo de noticias muy duras.
Durante unos días, unas horas, el tiempo que puedas, apaga el
televisor, no leas periódicos, no escuches noticias, no navegues
por la red.
Deja que tus mente y tus emociones se relajen. Mantenerse en un continuo estado de tensión resulta muy perjudicial para nuestra salud.
📌 Escucha relajaciones y meditaciones guiadas.
Se ha demostrado científicamente que las técnicas de relajación y meditación aportan múltiples beneficios físicos y emocionales.
Entre otros, ayudan a sentirse mejor, a reducir los niveles de estrés y ansiedad, a mejorar la estabilidad emocional, a reconectar con nosotros y a mantener la mente más calmada.
Si quieres probar a realizar ejercicios de relajación y meditación, en mi libro, "Recuperar la calma", podrás encontrar soluciones emocionales para todas las edades.
Reproduciendo las condiciones óptimas de mi consulta, en el libro encontrarás, además de información, consejos y cuestionarios, las grabaciones y los textos de todos los ejercicios propuestos.
Si te interesa, pincha en la portada.
📌 Disfruta de los pequeños placeres de la vida.
Aunque, en estos momentos, nuestra vida es mucho más complicada (mascarillas, restricciones, enfermedad, etc.), aún podemos disfrutar con las pequeñas cosas de la vida: observar una flor, degustar una rica comida, una caricia, el olor de la mañana, una conversación amigable, leer, etc.
Estos pequeños destellos de felicidad, nos aportan profundos sentimientos de conexión con la vida.
Ramón Soler