En esta entrada, quiero hablarte de cómo se trabaja en consulta para recuperar la confianza en uno mismo.
Déjame que, para empezar, te haga un par de preguntas.
¿Crees en ti misma/o?
¿Confías en tu intuición?
A muchas personas, confiar en ellas mismas, en su intuición, les resulta imposible.
AUTOESTIMA PERDIDA
La mayoría de las personas que vienen a mi consulta presentan daño en su autoestima, es decir, no se quieren lo suficiente y la mayoría de los pensamientos que tienen sobre ellos mismos son dolorosos y les producen malestar.
No nacieron así. A lo largo de su infancia, debido al trato negligente que recibieron de sus padres, fueron perdiendo la confianza en ellos mismos.
Dejaron de verse y pensarse como personas dignas de estima
Además, esta pérdida de confianza les produjo una desconexión con su intuición, con su yo interno, con esa parte intuitiva que todos tenemos dentro de nosotros que nos dice cuando algo está bien o mal.
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La autoestima de estas personas comenzó a derrumbarse cuando de niños, debido a las presiones (castigos, chantajes, violencia) de los padres, dejaron de confiar en ellos mismos y acabaron convenciéndose de que sus padres tenían razón en todo lo que le hacían y le decían (aunque fuera cruel, injusto y doloroso).
Adaptarse a los padres, en circunstancias extremas, es una estrategia de supervivencia.
Convencerse de sus puntos de vista e, incluso, defender sus opiniones, puede ser adaptativo y, en su momento, ayudó a la niña, al niño, a evitar discusiones y castigos.
Ejemplos de esta adaptación, pueden ser: convencerse de que los niños deben aprender a golpes o de que todo el mundo está equivocado menos ellos.
Esta desconexión de la intuición y de las propias necesidades, en un primer momento, le ofrece a los niños cierta tranquilidad mental. Se sienten exhaustos, claudicar frente a un enemigo implacable, parece la única solución a su alcance.
Sin embargo, a largo plazo, el precio a pagar es muy caro: la propia opinión, la propia personalidad.
TRABAJO EN TERAPIA
El trabajo en terapia, aunque no resulta sencillo, ya que la persona debe desprogramar un pensamiento que se instauró décadas atrás, siempre es posible de realizar.
El objetivo es el de volver a conectar con las intuiciones auténticas de la niña/o. Aquella que sabía que sus padres no tenían razón.
Además, también hay que trabajar para brindarle el apoyo que no tuvo entonces, para que no dude de sí misma y para que pueda cuestionar las ideas que en su familia se dan por válidas (aunque realmente no lo sean).
Apoyando a nuestra intuición y comprobando que, en el mundo exterior, hay otra gente que opina diferente a los padres, se podrá deshacer todo el mal recibido y reconstruir la autoestima de la persona.
Esta vez realizando una construcción sólida basada en un gran amor y respeto hacia sus necesidades, ideas e intuiciones.
Ramón Soler, Psicólogo