Las personas somos seres pensantes. Nuestros pensamientos, al igual que nuestras sensaciones y emociones, determinan nuestra forma de actuar en la vida.
Frente a un tipo u otro de circunstancias, según el tipo de experiencia que hayamos vivido en ocasiones parecidas, percibiremos unas sensaciones, unas emociones y unos pensamientos diferentes.
Unos serán alegres y vitalistas, otros de temor, de rencor, de miedo, algunos de duda o expectación, etc. Cada vivencia nos acercará a una u otra emoción del inmenso arco de emociones y sensaciones humanas.
Cuando estas emociones generan sensaciones desagradables o dolorosas, nuestros pensamientos, en circunstancias similares, nos sumergen por inercia en un bucle de negatividad y malestar.
![]() |
Artículo relacionado: Ejercicio para reducir la ansiedad |
Cambia tus pensamientos limitantes
Precisamente, una fase clave de la terapia consiste en aprender a pensar y actuar de forma diferente ante los problemas que la persona ha venido a trabajar.
Todos podemos reconstruir nuestra forma de pensar y abordar las circunstancias y procesos de nuestra vida.
Puede llevar tiempo superar las resistencias y los bloqueos arrastrados durante años, pero, trabajando a fondo, es posible elaborar un nuevo sistema de pensamiento con el que enfrentarse a las experiencias vitales desde un nuevo prisma mucho más saludable.
Ramón Soler, Psicólogo